Para asegurar la vida útil de tu embosador, úsalo en papeles de grosor adecuado, evita aplicar fuerza excesiva y guárdalo en un lugar seco y limpio. Si el embosador se ensucia, limpia suavemente las superficies con un paño seco. Para los primeros usos, intenta embosar en papel de desecho para eliminar cualquier residuo de fabricación.